Con el pasar de los años la piel va perdiendo su elasticidad y turgencia tornándose más delgada y frágil, esto vuelve al adulto mayor más susceptible de presentar alteraciones en la piel como las úlceras o escaras.
Las úlceras por presión son lesiones que se producen en zonas de la piel cerca de una prominencia ósea en las que hay una presión constante sobre ella, como por ejemplo la zona lumbar, cadera, tobillo, talones, etc. Esa presión hace que haya un enlentecimiento o pérdida de flujo sanguíneo hacia esa zona de la piel lo que genera un área de isquemia produciendo la pérdida de una o varias capas de la piel. En ocasiones son tan profundas que pueden comprometer músculos o huesos.
El riesgo de presentarlas es mayor si está postrado en una cama, utiliza una silla de ruedas o no puede cambiar de posición frecuentemente. También en personas con enfermedades crónicas como desnutrición, diabetes, hipertensión o vasculitis.
Las úlceras por presión pueden causar infecciones graves, que pueden poner la vida en peligro.
Los signos de advertencia de las úlceras de decúbito, o úlceras por presión, son los siguientes:
- Cambios inusuales en el color o en la textura de la piel
- Hinchazón
- Supuración
- Un área de la piel que se siente más fría o más caliente al tacto que otras áreas
- Áreas sensibles
Para prevenir las úlceras es importante:
- Mantener la piel limpia, seca y muy bien hidratada
- Cambiar de posición cada dos horas
- Utilizar almohadas y productos que alivien la presión