Existe un estudio que comprueba que cuando tu peque comparte
más tiempo con papá desde recién nacido, aprende más rápido.
Si papá juega, se involucra en el crecimiento y educación, tiene un mejor desarrollo cognitivo, especialmente los primeros tres meses de vida.
Tener un ejemplo masculino permite un mejor rendimiento en pruebas cognitivas, ya que papá enseña a explorar y correr riesgos, esto facilita el desarrollo del cerebro. Aprenden de equilibrio, les fortalece las cadenas musculares, desarrollan la confianza con papá y muchísimas cosas más que son muy positivas para su crecimiento.
Cuando papá no comparte tiempo con el bebé, este se muestra retraído con respecto a su aprendizaje. En cambio si papá es sensible y tranquilo, prestará mejor atención, solucionará mejor los conflictos, mejor desempeño del lenguaje y mejor habilidad social. Esto permitirá que en la etapa de la adolescencia los problemas sean menores y se resuelvan mejor.
Jugar con tu peque sin importar la edad, es la mejor herramienta para desarrollar su creatividad, sus talentos y para enseñarle muchísimas cosas, así siempre estará receptivo a aprender.
Por ello papá debe crear y configurar su propio vínculo. Lo mejor de compartir jugando con tu peque es:
- Lograrás momentos que nunca olvidarán.
- Podrás conocer más a tu peque y te conocerás más a ti mismo.
- Tendrás más armonía familiar.
- Combates el estrés.
- Aprenderás a dominar mejor tus emociones.
- Se despertará tu niño interior.
- Saldrá lo mejor de ti.
Papá no tengas miedo a perder autoridad por jugar con tu peque, el tiempo de juego que compartas con él te lo agradecerá toda la vida. No olvides cuidar la piel de tu peque y la de tu familia con Almipro, especialista en piel delicada.